Este poema pertenece al libro “Residencia en la tierra”, compuesto por Pablo Neruda entre 1925 y 1935. La elaboración del mismo abarca dos etapas: entre 1925 y 1931 “Residencia en la tierra I” y entre 1932 y 1935 “Residencia en la tierra II”. La primera de ellas coincide con la permanencia del poeta en tierras lejanas, mientras desempeñaba el cargo de cónsul honorario en algunos países asiáticos; la segunda, en cambio comienza a gestarse al regreso de Neruda a Chile, en 1932. A lo largo de todo el período de composición de la obra, Pablo Neruda vive una situación de dificultades económicas, descontento con su realidad y profunda soledad; estas circunstancias se reflejan en la poesía de este período que, como en otras ocasiones, adquiere también un tono autobiográfico. El lenguaje general del libro se caracteriza por el carácter hermético de las imágenes empleadas, lo cual ha llevado a muchos críticos a reconocer en esta obra cierta influencia del surrealismo. Ciertamente, los jóvenes poetas de la generación española del 27 sintieron la cercanía entre ese movimiento de vanguardia y el lenguaje poético que Neruda volcó en estos poemas, por lo cual celebraron inmediatamente la publicación del libro. Lo mismo sucedió en Chile con los poetas vanguardistas; sin embargo la crítica oficial de ese país, mucho más cercana a lo tradicional y alejada de las nuevas tendencias artísticas, rechazó la obra. (Schopf, 1992) En ambas partes de “Residencia en la tierra”, el poeta pretende reflejarse a sí mismo, auto-representarse (Loyola, 1987); sin embargo, mientras que en la primera parte lo hace mirando su interioridad, su propia degradación, en “Residencia en la tierra II” el acento está fuera de sí mismo: el poeta contempla el mundo que lo rodea y a través del caos exterior se reencuentra con su propio yo. “Frente al deterioro del mundo exterior, el poeta se vuelca a su mundo interior, y allí, en su propia mente, encuentra el vacío, la esterilidad, y una espantosa lucidez que lo atormenta.” (Carriquiry, 1987: 39)
SENTIDO GENERAL |
Desde el título se anticipa el sentido general del poema. La expresión inglesa “walking around” tiene el significado de transitar sin rumbo, vagar. De la misma manera, a lo largo del poema el yo lírico recorre el mundo que lo rodea y a través de ese viaje va a redescubrirse y reconocerse a sí mismo en medio de un universo corroído y sórdido.
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Desde el punto de vista externo, el poema está compuesto por cuarenta y cinco versos agrupados en once estrofas de diferentes extensiones (algunas de tres versos, otras de cuatro y las últimas de seis). En cuanto a la longitud de los versos, el poema es heterosilábico, es decir que presenta diversas medidas, sin ninguna regularidad. Respecto de la rima, el poema está formado por versos libres, pues si bien podría haber algunos casos de rima asonante entre ciertos versos, estas parecen más bien obedecer a la casualidad que al interés por la sonoridad de la composición. En todo caso, los aspectos que contribuyen al ritmo del poema no deben buscarse en la rima ni en la métrica, sino en otros elementos internos del poema (por ejemplo las anáforas y repeticiones). Estas características externas son comunes en la poesía del siglo XX, especialmente a partir de los movimientos de vanguardia, que rompieron con las reglas rígidas de la métrica de épocas anteriores; a partir de los movimientos de vanguardia, la lírica se orientó más a la libre manifestación de la interioridad del individuo a través de las imágenes, dejándose de lado la preocupación por la forma (lo cual había sido una de los principales intereses del Modernismo imperante durante el último cuarto del siglo XIX). En cuanto a la estructura interna, se pueden reconocer tres momentos en el poema. Cada uno de ellos está identificado por una expresión que lo inicia(“Sucede que me canso...”, “Sin embargo sería delicioso...”, “Por eso...”). -
Primer momento (versos 1 a 11): Reconocimiento del cansancio vital del yo lírico.
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Segundo momento (versos 12 a 25): Expresión del deseo de reencontrar el placer y el sentido de la existencia.
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Tercer momento (versos 26 al final): Contemplación del universo corroído.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Loyola, Hernán- Prólogo y notas a “Pablo Neruda: Antología poética, I” (Alianza Editorial; Madrid, 1986) - Neruda, Pablo- Discurso pronunciado en ocasión de recibir el Premio Nobel de Literatura. 1971.
- Schopf, Federico- Prólogo a “Residencia en la Tierra” (Edición digital basada en la edición de Santiago de Chile, Editorial Universitaria, 1992). Versión electrónica: www.cervantesvirtual.com/FichaObra.html?Ref=4012
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una verga
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